domingo, 19 de octubre de 2014

UN CASO DE GESTIÓN DEL TIEMPO

La solución no viene de fuera. Un ejemplo que ilustra esta frase lo suelo encontrar en los cursos sobre “gestión del tiempo”. Algunas personas esperan que el tiempo se puede gestionar (tal y como sugiere el nombre del curso), cuando lo que deben gestionarse es a ellas mismas. Lo que sí se puede proporcionar son herramientas que ayuden a gestionar mejor el propio tiempo. Herramientas que debe utilizar uno mismo, es decir, que no funcionan solas. Cuando hablamos de la “matriz de actividades urgentes/importantes”, significa que uno mismo debe clasificar dichas actividades. Cuando hablamos del “registro de actividades” significa que uno mismo debe realizarlo para hacer un diagnóstico. Cuando hablamos de “fijar objetivos” significa que uno mismo debe hacerlo. Y lo mismo con la agenda etc.

Hace poco impartí unas sesiones sobre gestión del tiempo. Después de introducir las herramientas, el grupo estuvo de acuerdo en utilizar el registro de actividades durante una semana y mostrar los resultados durante la sesión siguiente. De diez personas tan sólo tres de ellas trajeron los deberes. El resto, excusas: “no tengo tiempo”, “es pesado”, “yo ya sé que pierdo el tiempo con el e-mail”… en definitiva, falta de interés. Y la sorpresa de las tres personas que lo realizaron fue  la gran cantidad de interrupciones que tenían en su trabajo diario. Interrupciones que en su mayoría eran de compañeros de trabajo y no eran urgencias. Esto les hacía saltar de un tema a otro constantemente. Antes de realizar el registro ya tenían la sensación de que se interrumpían, pero lo que no se esperaban fue el excesivo protagonismo de las interrupciones en su trabajo. Si no lo hubiesen registrado, no se habrían percatado de la realidad. Una vez detectado el problema principal, plantear posibles soluciones para cada caso: analizar el tipo de interrupciones, qué personas las realizan, aprender a decir “no”, delegar,…. Una vez más, la solución no viene sola ni viene de fuera. La solución viene después de realizar un esfuerzo personal.